Los 10 mejores programas para crear música gratis

Movavi Video Suite es un paquete de software fácil de usar y todo en uno, que puede utilizarse para trabajar con audio. Si buscas algunas herramientas y funcionalidades básicas, como grabar un instrumento, aplicar algunos efectos o unir pistas de audio, lo encontrarás todo en este paquete.

Por qué lo elegí: Lo elegí porque es una plataforma con una producción musical completa y profesional sin renunciar a una interfaz accesible.

FL Studio ofrece una interfaz visual basada en patrones y un Piano Roll avanzado que facilita la composición. Incluye un mezclador profesional con routing flexible, automatización completa y más de 100 instrumentos y efectos nativos. El soporte para plugins VST/AU permite ampliar la biblioteca sonora sin límites. Su rendimiento, está optimizado para sistemas modernos, aunque proyectos grandes pueden requerir hardware potente (CPU multinúcleo y suficiente RAM).

He trabajado con FL Studio y se destacan su interfaz basada en patrones, el poderoso Piano Roll, el mezclador flexible, y la compatibilidad con cientos de plugins VST/AU.

Su rendimiento se adapta tanto en computadores modestos como a sistemas y configuraciones más avanzadas. La actualización FL Studio 2025 trae grandes mejoras, como hasta 500 pistas en el mezclador, el asistente de bucles “Loop Starter” y el asistente de IA “Gopher”.

Por qué lo elegí: Es el mejor DAW que he usado, totalmente gratuito y sin limitaciones para producir, mezclar y grabar ideas complejas.

Waveform Free tiene una interfaz limpia de una sola ventana, ideal para concentrarse en la música. Permite grabar múltiples pistas, usar MIDI sin límites y trabajar con plugins VST, VST3 e incluso AU. Su motor de audio es muy eficiente, el consumo de CPU es bajo incluso al agregar varios efectos. También incluye varios instrumentos nativos, como sintetizadores simples y un Sampler.

He usado Waveform Free para varios mini-proyectos, desde grabar voces hasta construir bases electrónicas. Lo primero que me llamó la atención fue su navegador rediseñado, que organiza mis samples e instrumentos por etiquetas y listas inteligentes, lo que me ahorra tiempo cuando busco sonidos.

En la versión 13.5, Tracktion introdujo optimizaciones importantes: su motor de audio fue reescrito, lo que redujo el uso de CPU y mejoró la latencia. Además, incluye 14 efectos de audio renovados (como compresor, reverbs, EQ) y utilidades como analizador de espectro y switch mono/estéreo.

Probé también la grabación con pistas MIDI e hice una secuencia con su “Pattern Generator” y funcionó bien, aunque me hubiera gustado tener más instrumentos nativos. La interfaz es muy flexible: se puede personalizar con esquemas de color y ajustes de panel para adaptar el flujo de trabajo.

Algunos usuarios mencionan congelamientos si se cargan muchos plugins (Reddit), pero destaco a Waveform Free como una opción de DAW muy seria, que no se siente limitada ni amateur.

Por qué lo elegí: Es un estudio musical accesible en Mac/iOS, con una biblioteca de sonidos muy completa y fácil de usar.

Su interfaz es moderna, limpia y muy intuitiva, ideal tanto para componer como para grabar. Tiene Drummer (batería virtual), sintetizadores, amplificadores, efectos, y una gran variedad de loops. No soporta plugins VST externos, ya que utiliza el ecosistema de Apple (Audio Units). En mis pruebas, no consumió tantos recursos al grabar voces y piano, aunque proyectos muy grandes pueden llevar más carga.

He usado GarageBand en mi Mac para componer canciones sencillas, grabar guitarras y grabar voces. Ofrece hasta 255 pistas de audio para mezclar. La función Smart Controls facilita moldear el sonido rápidamente sin complicaciones.

También probé su “Drummer”: seleccioné un baterista virtual y generó patrones coherentes sin necesidad de editar manualmente.

En la versión más reciente para macOS, Apple mejoró la estabilidad y solucionó bloqueos al navegar por los loops.

En iOS, una actualización agregó una biblioteca nueva de sonidos y mejor compatibilidad con Audio Unit.

Por qué lo elegí: En Linux me dio una forma estable y precisa de grabar y mezclar proyectos grandes sin pagar.

Ardour tiene una interfaz más técnica que otros programas, pero es clara cuando te acostumbras. Ofrece grabación multipista, edición detallada, mezcla con automatización y compatibilidad con plugins LV2, VST3 y AU. En mis pruebas, noté que su rendimiento: baja latencia y manejo estable de sesiones largas. En Windows consume más recursos, pero sigue siendo manejable sin demasiados plugins pesados.

Cuando importé pistas de audio grandes, el programa respondió bien sin retrasos significativos. Su editor permite cortar, mover, estirar y automatizar volúmenes con precisión. Al trabajar con pistas MIDI, pude cargar varios sintetizadores LV2 sin fallas.

Actualmente está disponible la nueva versión Ardour 8.12, una actualización que incluye una corrección mejorada para un error que bloqueaba el flujo de trabajo.

Por qué lo elegí: Me permitió grabar y editar audio sin enredos, incluso sin experiencia en producción musical.

La interfaz de Audacity es sencilla y directa: pista arriba, controles abajo y herramientas visibles. Con eso pude grabar voces, eliminar ruido y cortar clips sin perder tiempo buscando funciones. Soporta los complementos LADSPA, LV2, VST y AU. El consumo de recursos es promedio a otros programas similares.

He usado Audacity muchas veces para grabar voces, limpiar audios y preparar clips para otros programas.

Su herramienta de reducción de ruido me ayudó a mejorar grabaciones hechas en un cuarto sin tratamiento acústico. También usé la función de normalización para igualar niveles antes de exportar.

En versiones recientes, Audacity añadió compatibilidad con macOS a los plugins de IA de Intel OpenVINO.

Probé la versión 3.6 tanto en Windows como en macOS. En ambos sistemas funcionó bien, aunque importar archivos pesados puede tardar un poco más.

Por qué lo elegí: Me permitió crear bases electrónicas sin pagar nada y sin depender de instrumentos externos. Es rápido para experimentar ideas.

LMMS tiene una interfaz sencilla de cajas, canales y pistas. Todo está organizado para que puedas crear ritmos, melodías y líneas de bajo sin perderte. Funciona con instrumentos integrados y plugins VST en la mayoría de sistemas. El programa usa pocos recursos, incluso en proyectos con muchos patrones repetidos. También incluye un piano roll cómodo para dibujar notas y modificar ideas al instante.

He usado LMMS varias veces para crear bases electrónicas desde cero. Algo que siempre me funciona es comenzar con el editor de ritmos: puedo probar ideas rápidas sin configurar nada.

El piano roll es fácil de usar y permite copiar y modificar figuras sin complicación. Cuando necesito sonidos más específicos, uso los sintetizadores integrados, que responden bien sin consumir mucha memoria.

La versión más reciente del programa incluye el efecto SlewDistortion, un nuevo limitador de velocidad de giro de 2 bandas y un complemento de distorsión. En mi caso, LMMS funcionó bien tanto en Windows como en Linux. Cargó rápido y no tuve bloqueos inesperados. Eso sí, con algunos VST antiguos tuve que desactivarlos para evitar fallas.

Por qué lo elegí: Es simple, directo y trae herramientas que funcionan bien desde el primer uso.

SoundBridge presenta una interfaz clara, con pistas ordenadas y accesos rápidos a efectos y secuencias. En mis pruebas, no tuve problemas para mover clips, automatizar volúmenes o cargar instrumentos. Usa recursos moderados y trae el paquete RitMix el cual permite combinar dos tipos de cajas de ritmos en formato plugin en una sola unidad: la Sección de Pads tipo MPC y el Secuenciador de 16 Pasos.

Cuando lo probé, lo que más me ayudó fue poder empezar tan rápido. Arrastré pistas, añadí efectos y organicé ideas sin sentirme abrumado.

SoundBridge está pensado para quienes quieren crear música sin perder tiempo en configuraciones. El secuenciador es simple, y me permitió hacer ajustes precisos en poco tiempo.

En su última versión, SoundBridge 2.10.2 se solucionaron errores con versiones anteriores de macOS que causaban problemas de instalación.

Por qué lo elegí: Es estable, ligero y funciona bien con proyectos largos. Me permitió trabajar con audio y MIDI en Linux sin complicaciones.

Qtractor tiene una interfaz clásica, con pistas visibles, controles directos y ventanas que no abruman. En mis pruebas, pude grabar, editar y mover clips con facilidad. También funciona de manera fluida con plugins LV2 y VST compatibles con Linux. A nivel de recursos, consume poco incluso con varias pistas abiertas. Aunque no es tan moderno como otros DAW, cumple muy bien si usas Linux como sistema principal.

Cuando lo usé para proyectos largos, lo que más valoré fue su estabilidad. Pude grabar instrumentos, editar MIDI y mover regiones sin bloqueos.

Qtractor es una aplicación para hacer música que integra bien JACK, lo que me permitió conectar otros programas sin perder señal. El flujo de trabajo es sencillo: arrastras, editas y automatizas sin menús escondidos.

Su versión más reciente es qtractor-1.5.9.tar.gz, un lanzamiento de Halloween'25, en el que ahora las acciones de automatización se alternan automáticamente cuando se activan y el posicionamiento y centrado son ligeramente mejores con solo hacer clic, pero sin arrastrar las vistas principales y del editor MIDI.

En mi experiencia, Qtractor es una excelente opción si trabajas en Linux y necesitas un DAW confiable para audio y MIDI sin pagar nada.

Por qué lo elegí: Me permitió mezclar en vivo sin pagar nada. Es estable, flexible y trae funciones que normalmente veo solo en programas de pago.

Mixxx tiene una interfaz pensada para mezclar rápido: dos o cuatro decks, control de BPM, loops, efectos y una vista clara de las formas de onda. Cuando lo probé, pude conectar controladores externos sin configuraciones complejas. En cuanto a recursos, me funcionó estable incluso en computadores modestos, siempre que cerrara otros programas en segundo plano. Es ideal para DJs que necesitan un software gratuito pero sólido para sets en vivo o sesiones de práctica.

Cuando usé Mixxx en sesiones largas, me sorprendió lo estable que fue. No tuve cortes de audio ni retrasos en la respuesta de los controles, como en otras aplicaciones para crear canciones. Pude sincronizar BPM, hacer transiciones suaves y usar efectos básicos sin saturar el sistema.

Mixxx cuenta con una última actualización, la versión 2.5.3. Esta versión incorpora correcciones de algunos problemas reportados por los usuarios y mejora la compatibilidad con el Sistema de Vinilo Digital (DVS).

Por qué lo elegí: Su secuenciador es claro y funciona bien incluso para ideas complejas.

Hydrogen tiene una interfaz sencilla basada en patrones y pistas. Cuando lo usé, pude construir ritmos desde cero sin perder tiempo buscando funciones. Los sonidos se organizan en kits listos para usar y también se permite cargar muestras propias. El programa consume pocos recursos y responde bien incluso en equipos modestos. No es un DAW completo, pero como caja de ritmos es muy versátil.

Cuando trabajé con Hydrogen, lo que más me ayudó fue la claridad del secuenciador. Simplemente arrastré patrones, ajusté golpes y modifiqué acentos sin complicarme.

También probé diferentes kits y pude importar mis propios samples sin errores. Hydrogen es ideal cuando solo necesitas ritmos sólidos y rápidos sin abrir un DAW completo.

Este es uno de los programas de música que mantiene un ciclo de actualizaciones constante. De hecho, su última versión, Hydrogen 1.2.6 ahora proporciona todos los kits de batería a través de la “Biblioteca de sonidos” como kits de sesión, y la carga de muestras en las canciones se ha hecho más portátil.